A partir de la realización del proyecto Derivada, surgen durante el proceso de trabajo una serie de piezas únicas -monotipos- realizados sobre papeles de aspecto antiguo y derivadas de la pieza original. Como escribe David Armengol: "Más allá de la belleza de sus composiciones, donde el cromatismo –algo que no viene de la ciencia, sino especialmente de las teorías del color de la Bauhaus– mantiene una gran intensidad, Regina Giménez apuesta directamente por una concepción lúdica del arte, donde la síntesis gráfica del conocimiento nos brinda un doble juego. Por un lado, pone en escena nuestra capacidad de reconocimiento de un lenguaje simbólico, algo que quizás tenemos aprendido desde nuestra infancia, o simplemente somos capaces de hacer, sin más; por el otro, libera ese lenguaje de su función pedagógica para transformarlo en pura imaginación."